Debió
haber estado bastante ocupado cuando comenzó.
Lanata
era un tipo muy activo, atareado. De un lugar a otro, enérgico, negocios.
Pocas
horas en la casa, la señora que le limpiaba la casa fue la que le dijo:
-¡Es
una manifestación!
Lanata
observó la pared del living, la mancha con forma de perfil, debía ser humedad
producida por hongos, supuso él.
Contrató
pintores, hicieron su trabajo, pero la mancha persistió.
Contrató
otros pintores, que repitieron el trabajo, y la forma que se dibujaba como por
accidente, continuaba allí.
Molesto,
Lanata se contentó con cubrir la pared con un velo, pero obsesionado con la
presencia imborrable, daba vueltas en la cama y le costaba dormir.
Cansado
de esto, y como sus ingresos se lo permitían, alquiló un departamento en el
centro y puso en venta la casa. No tardó en hacer negocio. Ahora vive en
Europa.